lunes, 7 de febrero de 2011

Cómo me inicié en la locución (parte IV)

Por: Jaime Rodríguez

Mi entrada al mundo de la radio

¿A alguien se le ha ocurrido ir a una radio a pedir trabajo como locutor, sin saber ni papa de locución? Sí. A mí. Sigo en el año 1993. Septiembre, aproximadamente. Mi amigo y compañero de estudio, además locutor de Stereo 105, Alex Aguilar ya se había tomado el tiempo y había tenido la paciencia para enseñarme a operar en una cabina de radio. Pero, por razones personales, él ya no podía continuar trabajando en dicho medio de comunicación. Me contó su idea de renunciar y que esa podía ser una buena oportunidad para que yo entrara. Me recomendó platicar con el Sr. Salvador García, director de la mencionada emisora escuintleca.

Ni dos veces. Ese mismo día, saliendo de estudiar fui directo a la radio. Llevaba conmigo el cassette de las grabaciones de “Garfield y sus amigos” que habíamos hecho con mis compañeros de carrera en el curso de publicidad. Yo era el “locutor comercial” en aquella artesanal producción. García fue muy amable al atenderme. Me identifiqué como amigo y compañero de Aguilar; le dije que me llamaba la atención la radio y que buscaba una oportunidad para aprender a operar. Pero… que llevaba un cassette con algunas grabaciones que había hecho, como tarea en mi carrera de Perito en Mercadotecnia y Publicidad. Lo escuchó y fue claro en decirme que si surgía una oportunidad sería como operador, nada más.

Empecé esa misma noche. Había pedido oportunidad para aprender, pero, en realidad, lo que quería era pulirme.  Al salir de estudiar, me dirigía a la radio, practicaba durante unas dos horas y luego salía a tomar el bus para Palín. Habían pasado dos semanas, aproximadamente, cuando García me llamó a su oficina para contarme lo que yo ya sabía: Alex Aguilar había renunciado a la radio. Me ofreció el turno dominical, de 06:00 a 14:00 horas. Cómo negarme a aquella oportunidad. Primero, porque era mi entrada al mundo que hoy es mi vida. Segundo, porque me autorizaba “hablar”, eso sí, solo tenía autorizado decir la hora. Había funcionado lo del cassette.

Aquel domingo 3 de octubre de 1993 quedó inscrito en mi memoria con carácter de imborrable. Estaba cubriendo mi primer turno en radio. Había que aprovechar la oportunidad de hablar, así que, después de cada canción, los y las oyentes de aquella emisora escuchaban la hora en la voz de Jaime Rodríguez. Aunque la radio contaba con un cartucho en donde estaba grabada la hora, cada cinco minutos, en la reconocida voz del locutor Carlos Azurdia, eso no era de mi interés en aquella ocasión. El autorizado para dar la hora era yo. Hubiese sido un golpe muy duro que alguien llegara a darme la orden de ya no hablar.


Lee "Cómo me inicié en la locución (parte III)" aquí


Lee "Cómo me inicié en la locución (parte II)" aquí


Lee "Cómo me inicié en la locución (parte I)" aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario